La alta inteligencia se promociona como predictiva de resultados positivos, incluido el éxito educativo y el nivel de ingresos. Sin embargo, poco se sabe sobre las dificultades experimentadas entre esta población., Específicamente, aquellos con una alta capacidad intelectual (hiper cerebro) poseen sobreexcitabilidades en varios dominios que pueden predisponerlos a ciertos trastornos psicológicos, así como condiciones fisiológicas que involucran respuestas sensoriales elevadas y respuestas inmunitarias e inflamatorias alteradas (hiper cuerpo). El presente estudio encuestó a miembros de American Mensa, Ltd. (n = 3715) con el fin de explorar procesos psiconeuroinmunológicos (PNI) entre aquellos en o por encima del percentil 98 de inteligencia., Se pidió a los participantes que informaran sobre la prevalencia de trastornos del Estado de ánimo y ansiedad diagnosticados y/o sospechosos, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), Trastorno del espectro autista (TEA) y enfermedades fisiológicas que incluyen alergias ambientales y alimentarias, asma y enfermedades autoinmunes. Entre los datos del grupo Mensa de 2015 se confirmó una alta significación estadística y una proporción de riesgo relativo notablemente alta de diagnósticos para todas las condiciones examinadas, cuando se compararon con las estadísticas medias nacionales., Esto implica un alto coeficiente intelectual como un factor de riesgo potencial para trastornos afectivos, TDAH, TEA y para una mayor incidencia de enfermedades relacionadas con la desregulación inmune. Los hallazgos preliminares apoyan fuertemente una asociación hiper cerebro / hiper cuerpo que puede tener implicaciones individuales y sociales sustanciales y justifica una investigación adicional para identificar y servir mejor a esta población en riesgo.