Jeff Flake sacrificó su carrera política para desafiar al Partido Republicano y al presidente Donald Trump. ¿Por qué sonríe este hombre?
por Stephen Lemons/PHOENIX magazine
sentado en medio de su casa unifamiliar aún sin amueblar en Mesa, con un teléfono celular en la oreja, Jeff Flake está hablando con alguien sobre la situación económica en Cuba mientras su esposa de 35 años, Cheryl, se disculpa con un reportero por su cabello que parece un desastre.
no parece un desastre, por cierto, pero parece un poco angustiada., Lo cual es comprensible, dado que los copos se acaban de mudar a esta modesta vivienda en una comunidad cerrada, después de haber regresado a su hogar en East Valley desde Massachusetts, donde la pareja había estado viviendo mientras el ex senador de los Estados Unidos enseñaba un curso en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard durante el semestre de otoño.
la sonrisa de Flake es tan blanca como las paredes en blanco de la sala de estar, comedor y cocina abierta en la que está. Asiente con la cabeza, indicando que la conversación telefónica está llegando a su fin. La Sra. Flake se va a otra habitación., Un joven, uno de los cinco hijos de Flake, emerge brevemente con un taladro eléctrico, luego desaparece. El taladro Zumba en el fondo intermitentemente.
Flake, libre de su llamada, parece imperturbable, relajado, la misma imagen de sangfroid suburbana, vestida con pantalones grises y una camisa de rayas azules, El Cuello abierto y las mangas enrolladas. Es finales de noviembre y el clima exterior es suave y soleado, no muy diferente de la disposición de Flake.,
No es de extrañar: él y su esposa – ahora oficialmente nidos vacíos, con el hijo menor Dallin se graduó de Mountain View High School en 2018 – escapó de Harvard justo cuando la temperatura estaba empujando hacia los años 30, con el semestre de «primavera» aún por venir en enero. «Lo llaman primavera, realmente es invierno», dice Flake. «¿A quién engañan? Pero la caída es hermosa allí.,»
el tema del curso era de la fabricación de Flake, y hasta su callejón: el futuro del conservadurismo, o si hay uno. Se basó en gran medida en su libro de 2017, Conscience of a Conservative: a Rejection of Destructive Politics and a Return to Principle.
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