enfoques para las pruebas de sensibilidad alimentaria y química

enfoques para las pruebas de sensibilidad alimentaria y química

Las pruebas de sensibilidad alimentaria y química suelen ser necesarias como parte de la evaluación de los pacientes de Otorrinolaringología que tienen enfermedades crónicas. Cuanto más complejo es el paciente y más recalcitrante es el problema para el tratamiento, más probable es que las alergias, y especialmente las sensibilidades alimentarias o químicas, estén involucradas en la patogénesis de la enfermedad., No tener en cuenta todos los principales contactos con alérgenos, incluidos los alimentos y los productos químicos, puede llevar a una terapia inadecuada. Del mismo modo, la falta de comprensión de la carga alérgica y oxidante total y los efectos de la toxicidad química puede conducir a un tratamiento inadecuado o ineficaz. Clínicamente, las alergias alimentarias ocurren en dos tipos diferentes: reacciones inmediatas, anafilácticas, fijas y reacciones cíclicas, crónicas y retardadas. Se han desarrollado diferentes métodos de prueba para los dos tipos. Las alergias alimentarias fijas pueden detectarse de forma segura y eficiente mediante pruebas de liberación de histamina o IgE específicas in vitro., Las alergias cíclicas a los alimentos se detectan mejor ya sea por desafíos de alimentos orales o por la prueba IPDFT. Elegir la mejor prueba para un paciente en particular requiere una comprensión clara de los dos tipos de alergia alimentaria y cómo difieren sus presentaciones clínicas. Otras pruebas para alergias alimentarias se comparan y contrastan con estas pruebas primarias. La sensibilidad química también ocurre en dos tipos clínicos diferentes: alérgica y tóxica. La verdadera alergia a los haptens químicos, ya sea Tipo I, mediada por IgE, o tipo IV, hipersensibilidad retardada, ocurre con frecuencia significativa, pero a menudo es insospechada., La toxicidad química puede ser causada por las secuelas de una exposición aguda o como resultado de una exposición crónica de bajo nivel, pero con mayor frecuencia es insospechada y no se diagnostica sin un alto índice de sospecha. Ambos tipos de sensibilidad química deben abordarse en cualquier paciente que tenga una alta carga de exposición a alérgenos o químicos . Se pueden utilizar pruebas in vitro o in vivo para la detección de alergias químicas; se describen las ventajas de cada una. Las pruebas de detección de toxicidad química están disponibles y son útiles, pero no detectan todos los posibles tóxicos., Las pruebas definitivas de sustancias químicas tóxicas suelen requerir instalaciones de laboratorio especializadas y la consulta de expertos, para lo cual se especifican las posibles fuentes. El punto más importante en las pruebas de sensibilidad alimentaria o química es ser consciente de que la sensibilidad alimentaria o química puede estar contribuyendo a los problemas clínicos de un paciente específico. Solo entonces se pueden emprender las investigaciones apropiadas para comprender y luego, tal vez, intervenir con éxito en esa enfermedad.

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