Raijin (Español)

Raijin (Español)

Raijin representado con tambores en un jarrón de barro de la era Meiji (colección Khalili de arte japonés)

BirthEdit

en los mitos registrados en el Kojiki, después de que Izanami muriera a causa de las heridas infligidas con el nacimiento de hinokagutsutchi, su marido Izanagi la siguió hasta Yomi no Kuni, la tierra de la oscuridad. Cuando le pidió que viniera con él, Izanami respondió que no podía irse, porque ya había comido de la comida allí., Como Izanagi la siguió todo el camino hasta Yomi, para tratar de cumplir su deseo de que ella fuera con él, Izanami regresó a su palacio para negociar con los kami residentes. Izanami se fue durante varias horas, lo que hizo que Izanagi se preocupara por ella. Así, después de hacer fuego en la punta de su peine, entró en el Palacio.

al ver el cuerpo retorcido de Izanami, Izanagi huyó de Yomi, sacudido y aterrorizado. En la vergüenza de permitirle ver su forma antiestética, Izanami envió a Raijin y varios demonios femeninos a perseguir a Izanagi, después de que huyera de la imagen de su forma podrida, para traerlo de vuelta a Yomi.,

captura de Raijineditar

otra historia describe a Raijin como un travieso, causando la destrucción que lleva al emperador a ordenar a Sugaru (el receptor de Dios) encarcelar a Raijin y entregarlo a la con el fin de detener una tormenta. Sugaru primero pidió a Raijin en nombre del emperador que se entregara voluntariamente y cesara la tormenta, a lo que Raijin se ríe de Sugaru. Sugaru luego ora a Kannon, Kannon ordenó a Raijin que dejara a Sugaru, luego ella más tarde le entregó a Raijin. Sugaru luego lo ató en un saco y lo llevó ante el emperador., Bajo el control de Sugaru y el emperador, Raijin se vio obligado a detener su destrucción y traer solo lluvia y recompensa a Japón.

defendiendo Japóneditar

en una leyenda, Raijin se muestra para defender a Japón contra los mongoles invasores. En esta leyenda, los mongoles son expulsados por una tormenta viciosa en la que Raijin está en las nubes lanzando rayos y flechas a los invasores.

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