elastografía transitoria
Los Médicos de NYU Langone están entre los primeros en la ciudad de Nueva York en usar elastografía transitoria, una prueba de diagnóstico por imágenes avanzada, para medir qué tan duro o blando es el tejido del hígado.
La rigidez en el hígado sugiere la presencia de fibrosis, o tejido cicatricial, generado en respuesta a la lesión. El grado de rigidez indica el grado de la enfermedad hepática causada por la hepatitis viral.
la elastografía transitoria es muy similar a la ecografía., Usando un dispositivo llamado FibroScan®, su médico coloca una sonda de mano contra su abdomen, y la sonda envía una vibración indolora a través del cuerpo y hacia el hígado. Un transductor en el extremo de la sonda mide cuánto tiempo tarda la vibración en viajar a través del hígado. Cuanto más rápido pase la vibración, más rígido será el hígado.
esta prueba rápida y precisa puede realizarse en el consultorio de un médico y, a menudo, elimina la necesidad de una biopsia hepática.,
IRM y tomografías computarizadas
si los resultados de los análisis de sangre o la ecografía indican que usted puede estar en riesgo de cáncer de hígado, o si tiene antecedentes familiares de cáncer de hígado y, por lo tanto, tiene un mayor riesgo, su médico puede recomendar una tomografía computarizada o una resonancia magnética para examinar el hígado con más detalle. Estas pruebas de diagnóstico por imágenes utilizan computadoras para crear imágenes bidimensionales o tridimensionales de estructuras dentro del cuerpo.
biopsia hepática
En raras ocasiones, los resultados de los estudios por imágenes no son lo suficientemente detallados como para mostrar la extensión del daño hepático, y un médico puede recomendar una biopsia hepática., Una biopsia puede determinar el grado de cicatrización, o fibrosis, en un hígado afectado por hepatitis viral. La información proporcionada por una biopsia se puede utilizar para guiar el tratamiento.
el médico inyecta un anestésico local en la piel para adormecerla, y luego inserta una aguja a través de la piel y en el hígado, eliminando una pequeña muestra de tejido hepático. A menudo, los médicos usan imágenes, como ultrasonido o tomografía computarizada, para guiar la posición de la aguja. Esta muestra de tejido se envía a un laboratorio para su análisis, y los resultados suelen estar disponibles en una semana.